Por Raúl S. Saura
Regresa la Champions League para el FC Barcelona, que esta noche se medirá en uno de los platos principales de los cuartos de final al Paris Saint-Germain. Llegaron los culés a París confiados en sacar provecho de las numerosas bajas sensibles de los de Blanc, como Motta, Verratti, Ibrahimovic y, presumiblemente pese a su aparición entre los convocados, David Luiz. Los hombres de Luis Enrique, por su parte, sólo contarán con la ausencia de Alves, otra gran oportunidad pero para medir la importancia del brasileño y quién está capacitado para sucederle de marcharse este verano. Por el momento, gana enteros Montoya en el once titular, que por lo de más se espera de gala.
Ambos equipos ya se enfrentaron hace dos temporadas en cuartos, entonces entrenados unos por Ancelotti y otros por Vilanova, con pase final para los blaugrana. Y también se reencontraron ésta en la fase de grupos, en aquella ocasión el PSG se impuso en el Parque de los Príncipes por 3-2 y el Barça en el Camp Nou por 3-1.
En aquella ocasión en Francia los barceloneses cometieron errores de peso debido a su escaso rodaje hasta entonces, pero después de esta ocasión no lo volverán a tener tan fácil en la competición europea. Tienen al alcance de la mano dar un golpe sobre la mesa en el encuentro de hoy y sentenciar la eliminatoria gracias a las bajas rivales y de demostrar su evolución desde septiembre, que les ha conducido al primer puesto de la Liga BBVA y a la final de la Copa del Rey.
Los parisinos, sin embargo, no están cojos. Thiago Silva, Moura, Pastore o Cavani prometen presentar batalla como suelen y llegan a estas alturas con confianza tras imponerse sobre el Chelsea de Mourinho. Por psicología no suena que llegará la caída, su espectacular plantilla rellena cada vez más y mejor sus grietas y, pese a que aún no muestren ser el equipo tan compacto que podrían ser, sí quedan cerca del objetivo.
El FC Barcelona lo sabe y también lo que se juega tras regalar dos puntos importantes en la competición doméstica ante el Sevilla, así que la necesidad de dar buena impresión y recuperar las buenas sensaciones se torna prioritaria. Como el deseo de avanzar en Copa de Europa hasta Berlín, objeto de deseo para un plantilla que habla abiertamente de triplete y recuerda su gran historial de finales en capitales europeas.
Pero para ello aún queda un trecho, ahora les toca medirse con un rival gigantesco y cada vez más serio, del que no resulta descabellado pensar una sorpresa. Por lo tanto, no toca relajarse, sino sudar el partido hasta ganarlo. Quién dijo fácil, this is the Champions.
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