Algunas noticias no son tal porque todo el mundo las conoce; sólo eran realidades futuras ya asumidas.Y cuando llegan la gente no se queda sorprendida en absoluto, porque lo daban como algo hecho.
Pero a veces también se tratan de auténticas injusticias y auténticos dolores contra los que nos descubrimos impotentes. No podemos hacer nada para cambiarlo. Hablo de Tito Vilanova, que ha fallecido hoy después de muchos años de lucha contra el cáncer. Un buen hombre que conformó junto con Pep Guardiola un equipo inolvidable y que tomó las riendas a la marcha de su amigo. Ahora está muerto y no podemos hacer nada por ello. El fútbol es como la vida y en él también nos podemos encontrar con putadas sin una pizca de gracia.
Tito, un luchador desde 2011 contra el cáncer en la glándula parótida, fue ingresado ayer de urgencias en la clínica Quirón al recaer de su enfermedad. A las pocas horas ha fallecido. Tenía 45 años, deja mujer e hijo.
Nacido en 1968 en el Ampurdán, su pasión por el fútbol le llevó a ingresar en la Masía donde entabló amistad con Guardiola, su futuro socio de éxitos y gloria. Jugaría dos años en el equipo filial (1988-1990) y más adelante pasó por equipos como Celta, Badajoz, Mallorca y Elche. Le apodaron el Marqués. Su amigo le rescató para el B en la temporada 2007-2008 y la temporada siguiente, con el gran salto al Camp Nou, siguió contando con él y luchó porque recibiera un buen contrato, como merecía. Aquellos años no hubieran sido como fueron de no ser por su gran conocimiento de los rivales, su preparación de la estrategia o su gran conocimiento de Leo Messi de sus tiempos en el Cadete B con Piqué y Cesc, por quien insistió mucho hasta que volviera a Can Barça. Pero el inicio de su pérdida le sobrevino hace ya tres años, cuando se vio obligado a apartarse de los focos unas semanas mientras Guardiola comenzaba a desvincularse del club. Pese a la gran brecha que supuso en su relación, aceptó sucederle como técnico culé, el sueño de su vida.
Hubo ruptura entre ambos después de tantísimo tiempo de amistad, pero, si bien llegaron a hacer declaraciones cruzadas el verano pasado, las solucionaron sin mayores problemas. Después del mayor momento de éxito del club, del mejor equipo de todos los tiempos, él aceptaba continuar el proyecto. Era un valiente, como lo dicen quienes hablaron con él de la vida estando ya enfermo. Y con sus baches y recaídas consiguió darnos un título que no fue como otro cualquiera, la mejor Liga en la historia del FC Barcelona. La Liga de los records. Igualaron el record de puntos (100), segundos en goles (115), por primera vez en medio siglo el equipo ganador había sido primero de principio a fin de temporada y la distancia con respecto al segundo era la más abultada de todos los tiempos. Eso nos legó a los culés. Este hombre dedicado y trabajador nos entregó un premio único y muy grande. Y también una lección: la superación personal. Por eso aquella Liga fue la de Tito y Abidal, otro gigante.
Sin embargo, en julio de 2013, cuando parecía que podía comenzar una nueva etapa, hubo de abandonar el club al recaer de nuevo (pues fueron muchas las ocasiones) y desde entonces se ha mantenido al margen, si bien no incomunicado. Varias veces ha acudido al Camp Nou, como en el Clásico de ida, cuando la afición desplegó un mensaje en su honor. Porque lo merecía.
Después de tanto tiempo luchando, Francesc Vilanova i Bayó ha muerto el 25 de abril de 2014.
Descanse en paz.
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