sábado, 3 de mayo de 2014

Per Sempre Etern (por Raúl S. Saura)



Seguramente la temporada culé terminara el miércoles de Semana Santa en la final de Copa ante el Real Madrid. Con la Liga aún en liza (recordemos aquello de las matemáticas), no podemos saberlo y desde entonces al Barcelona sólo le ha tocado jugar jornada a jornada contra quien toque, con la esperanza de que los astros se coloquen a su favor. Es decir, que pinchen los blancos y los colchoneros, estos por partida doble mínimo. Una caminata por el desierto, una tarea difícil, pero no por ello han terminado de bajar los brazos los blaugranas, y han logrado imponerse desde entonces sobre Athletic de Bilbao y Villarreal. Más allá de ello, a la espera de que termine la temporada de una vez para poder empezar con el seísmo de altas y bajas, lo único ocurrido ha sido la desaparición de Tito Vilanova. Por él se guardó un minuto de silencio, con el lema "Per Sempre Etern" en su honor y dando por concluida la despedida en el Camp Nou. Como el Barcelona de los últimos tiempos, el que ahora cae sin remedio ni tocar suelo. 
Enfrente, y a falta de tres jornadas, el Getafe en busca de puntuar para salvarse de la eliminación. Con muchas bajas y dudas por parte de su técnico Contra, el conjunto culé no contaba con Alba, Neymar o Piqué. Condicionados con las bajas y con las energías no en su mejor momento desde hace mucho tiempo, los locales monopolizaron el balón y las ocasiones ante un rival frío e impotente. Consecuentemente, en el 22' Leo Messi adelantó a su equipo al encontrar Alves un rematador por fin, tanto lo intentó. Lo mandó raso el carioca, hacia atrás para que el argentino rematara duro al fondo de las mallas. 1-0 en el luminoso, el partido parecía ponerse muy de cara para los azulgranas, con Messi redivivo y volviendo a participar en el juego colectivo. Pero no consiguieron aprovechar la ventaja, no supieron aprovechar la superioridad  y el Geta lo olió. Viendo la debilidad, la falta de decisión de un equipo que debería haber alcanzado ya el 2-0, comenzó el ataque visitante. Con salidas rápidas y poco miedo cuando se mira de cara al abismo, los azulones (ayer de verde y blanco) anotaron el tanto del empate en el 37'. Lafita remató tras una falta botada por Sarabia, batiendo a Pinto. El linier señaló falta del goleador y pidió que no se anotara el tanto, pero Teixera no lo entendió así y el gol quedó como válido. La indolencia y el piloto automático culés volvían a ponerse en su contra y tocaba rehacer el camino andado ante un equipo que, llegado el momento, no tendría problema en quemar las naves para salvar la permanencia. Sin más historias, llegó el descanso con la historia de siempre: el Barça había contado con el fútbol y el balón (aunque cada vez menos), el otro con el gol en una contra aislada. Tocaba ver qué ocurriría en la segunda parte. 
Y lo cierto es que los  culés no se echaron atrás y quisieron competir por el gol, los tres puntos y la competición, por muy difícil que esté para ellos, ganaran o no. Futbolistas como Alexis, Pedro y Messi fabricaron constantemente incursiones dolorosas en las tierras de Julio César (no el famoso, que está cedido en el Toronto, aunque sí compartía la misma nacionalidad) pero el segundo tanto se resistía como el bebé a salir en el parto. Parecía que nunca entraría y de seguir así el encuentro, muy probablemente y por ello el Tata Martino se decidió por dar un puñetazo sobre la mesa. En el 67' Mascherano salió del terreno de juego por un ovacionado Cesc Fàbregas en un cambio ofensivo donde los haya y que revolucionó el partido, como pretendía el DT. Lo revolucionó porque en cuestión de un minuto alcanzaron el 2-1. 
Fàbregas se apoyó en Pedro, quien habilitó en corto para el de Arenys. Centro raso desde la derecha, remató mal el tinerfeño y, después de tantas ocasiones perdidas, fue Alexis Sánchez quien metió el esférico en la red. El partido iba remontándose y parecía que los tres puntos habrían de dormir en Can Barça esa noche, que los todopoderosos culés aplastarían a unos humildes azulones que luchaban por no descender a Segunda División. El triunfo de Goliat sobre David. Incluso a partir de este momento, los locales contaron con varias ocasiones elaboradas por el conjunto, como Alves o un palo de Alexis. Aún así, Martino pareció quedar satisfecho con el resultado y Xavi fue sustituido por Song a falta de dos minutos más el añadido. Si el anterior era ofensivo, este cambio era defensivo a más no poder. Y eso en este equipo nunca se ha tratado de una buena señal, precisamente. Con la intención de perder tiempo, Tello pisaría el terreno de juego por Pedro.
Pero en ocasiones el azar impone su dura y árida ley sin que podamos decir una palabra. En el 92' Lafita cerró el resultado con su doblete personal y ya los culés no pudieron hacer nada por revertir la situación, por su especulación, su fragilidad defensiva que tan cara les está saliendo estos años y por no sentenciar cuando contaron con la oportunidad. Gavilán centró desde la banda izquierda y el aragonés metió su segundo de testarazo de forma incuestionable. Y apenas dio tiempo a enterarse, pitó Teixera sólo un minuto después. Empate a dos en el Camp Nou ante el necesitado Getafe, las probilidades culés para revalidar el titulo liguero han zarpado y ya sólo son distanciadas en la lejanía y con prismáticos. La Liga queda definitivamente perdida, aunque nunca se diera por posible ante el éxito de la fórmula final a final del Cholo Simeone y que a tantas les ha llevado en los últimos dos años. 
El Barcelona ha caído y ya no podrá levantarse, no queda margen necesario. Se cierra una temporada negra y vacía, una caminata por el desierto, una pesadilla para algunos, a cambiar y remodelar de arriba a abajo para la siguiente. Con la esperanza de que, al abrir los ojos, los fantasmas hayan desaparecido. No será fácil, no será cómodo, muchos habrán de caer y algunos con el puesto asegurado, o eso confían. Y no sólo hablamos de los jugadores. Al Tata Martino no puede culparse de los males endémicos de este equipo anteriores a su llegada; estamos hablando del último en la cola aunque, por supuesto, comparte su porción de culpa. Pero, de forma oficial, la temporada aún no ha acabado y estas son historias para otro día. Largo y tendido hablaremos, también de esperanzas y futuros, pero, por el momento, toca esperar y finalizar esta caminata ya sin propósito alguno. Queda ver la carrera final de los vecinos madrileños, de los ingleses, italianos y alemanes. Comenzar a pensar en Mundiales y glorias. Pero siempre, las novedades y los triunfos, las caídas y las sorpresas, tendrán su cabida aquí, en Respiras Fútbol, la comunidad cada día de más gente. Sois siempre bienvenidos.
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