Por Raúl S. Saura
Regresaba la Liga al Camp Nou con un nuevo presidente, media plantilla nueva y una revolución con respecto al año pasado. Y con un nuevo técnico, Luis Enrique Martínez, uno de los hombres de la noche. Después de una serie de cambios profundísimos se asistía al encuentro frente al visitante Elche con curiosidad por ver cómo saldría la jugada de apostar por el asturiano en el banquillo y nombres como Bravo, Mathieu, Rakitic y Rafinha. O Munir.
El canterano de 18 años, otro nombre imborrable de la noche. De hecho,
el más importante de todos de no haber sido por la reaparición
providencial de Leo Messi.
Dijo Lucho que él quería competencia feroz y el argentino se lo tomó en serio. Jugó, recuperó, corrió, sudó, marcó, chutó y asistió. Recuperó un nivel perdido tras la laxitud del Tata Martino
y aportó dos goles (41' y 62') a su equipo, trayendo a la memoria
tiempos pasados. Habló Luis Enrique de compromiso y de poner a quien
viera mejor en los entrenamientos, no al de mayor nombre, y Munir
también reaccionó. Aprovechó la lesión de Neymar, la sanción de
Suárez y la convalecencia de Pedro para formar dupla con la Pulga y
estrenarse en Primera con un gol. Del juvenil al Camp Nou en un
cerrar del ojo, podríamos hablar de un auténtico crack por pulir en el
chaval de 18 años de no ser porque parece que poco queda ya por pulir en
él. Tiene una senda por delante tan ardua como gloriosa y, lo que es
más, la actitud y el talento requeridos para recorrerla en tiempo
record. Nada más comenzar la segunda parte acertó en la red ilicitana
tras un palo en el minuto 22 y poco pudo hacer el Elche ante este ciclón
no muy esperado.
No muy esperado porque todo lo que pudo salir bien salió bien para los locales, en detrimento del conjunto de Escribá
que hizo siempre lo que pudo. Pero es que el Barça no concedió
alternativa. Los jugadores colaboraron desde el primer momento, el
esférico corrió por el césped sin que las grandes estrellas esperaran a
que les llegara a los pies, sino que realizaban sprints para conseguirlo
(sí, seguimos sin olvidarnos del argentino porque tuvo uno de esos días
en los que era imposible perder), eran generosos con los compañeros y
no abandonaban la añorada presión, asfixiando al Elche que no se atrevió
a abrirse en gran parte del encuentro, confiando en una contra
imaginada pero nunca aparecida. Solo cuando los ilicitanos decidieron
por abrirse un poco llegaron los mejores momentos azulgranas, con los
locales aprovechando todo hueco habido y por haber para combinar. Iniesta, sin estar en su mejor versión, demostró ser capaz de lo mejorcito asumiendo la capitanía, Rakitic
presentó sus credenciales para el centro del campo, probó suerte desde
fuera del área y formó una buena conexión con la estrella Munir, que se
marchó ovacionado en el 66'. Con solo 18 años, recordemos. Difíciles
pone las cosas a Neymar y Luis Suárez, que se preparen para la
competencia, la que Lucho demandaba.
En cuanto a la defensa, Mathieu y Bravo se vieron poco o nada exigidos en sus estrenos, meros asistentes al espectáculo desarrollado más arriba. Con Piqué sancionado, ni siquiera se necesitó recurrir a Busquets, podían con todo. La única pega de la noche llegó inmediatamente después del primer (y buscado) primer gol, cuando Mascherano agarró a Rodrigues que se iba solo hacia el nuevo guardameta culé. Justa roja le mostró Teixeira y el Barça quedó con diez para la segunda mitad. Se temió que los azulgranas se acobardaran y el Elche tomara ventaja de la situación, pero Messi pronto les arrancó las ilusiones de cuajo.
Después de no llevarse ningún título la pasada campaña el hambre ha
regresado al conjunto barcelonés. No por ello hay que echar las palomas
al vuelo, no olvidemos que el Tata se estrenó con un 7-1 frente al
Levante, esto son impresiones iniciales y no conclusiones, pero el
futuro parece brillante para los culés, que han sabido adecuarse
rápidamente a la cultura del esfuerzo exigida por el nuevo técnico.
Quedan algunas ideas por fijar, goteras que esconder, piernas que
endurecer, pero la garra y los cojones demandados el año pasado retornaron
y el equipo visto anoche mejoró sustancialmente al anterior en muchos
tramos de la temporada 2013/2014. Una vez se incorporen las grandes
estrellas, quien sabe adonde llegarán, hasta Alves corrió después de mucho tiempo. Aún queda por ver a Vermaelen,
a la defensa en acción realmente, a Rafinha (pocas noticias se tuvieron
anoche de él), pero, por el momento, el aficionado culé puede respirar
tranquilo con la jugada. El equipo ha dado el primer zarpazo a la Liga
que reclama de vuelta y, sin esperarse a Guardiola de nuevo, Luis Enrique promete una era entretenida, con estilo y éxitos más adelante. ¿Y tú, te has abrochado ya el cinturón?
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