Hoy es 23 de agosto, inicio de la Liga BBVA 2014/2015. Mañana se estrena el Barcelona ante el Elche en el Camp Nou. Un Barça con nuevo entrenador (cuatro en los últimos cuatro años), sin Puyol, Valdés ni Pinto, con Alves y con Song. Si la revolución culé planeada para este periodo estival ha parecido insuficiente no será por el escaso movimiento de la plantilla: se marcharon cedidos Tello y Deulo y vendidos Alexis y Cesc, dos talentosos deportistas que el club no supo aprovechar los tres últimos años. En su lugar han llegado Ter Stegen, Rafinha, Bravo, Rakitic, Mathieu, Vermaelen y muy especialmente Luis Suárez, el caníbal uruguayo, la estrella de la Premier. El blando Martino ha dado paso al duro Luis Enrique, más joven, más decidido, con menos experiencia. Con estos nombres no sorprende que el conjunto catalán haya sido el que más dinero haya invertido este verano, más de 150 millones de euros.
La jugada es arriesgada y el resultado incierto. Tras el batacazo de la temporada pasada, sin un solo título en mayo, la ausencia de Messi, la falta de acomodamiento de Neymar, el desplome de la zaga y la dimisión de Rosell, desde la directiva se asumió como inevitable una renovación profunda del equipo, incluso desmontar el conjunto de Guardiola. Alguien a quien no han olvidado del todo; en Lucho se espera una sustitución natural del filósofo tras los turbulentos años con Vilanova y el Tata. Como Pep, es joven, enérgico, motivador, antiguo capitán del equipo, una referencia de los 90, bregado en el filial y con un ideario de juego y cantera idéntico al club. Solo que Luis Enrique, como dicen, tiene más cojones. La comparación con Simeone en este punto es acertada y buscará imponerse sobre los egos de los jugadores y conformar un equipo, y para ello se la he proveído de nuevos jugadores. En portería, Víctor, Oier y Pinto han dejado lugar a Ter Stegen, Bravo y Masip, sin que se tenga idea de quién terminará la temporada de titular. Dejando a un lado a Jordi y Olazábal (esperemos que no nos lo permitan más adelante), ni el alemán ni el chileno están, en estos momentos, al nivel de Valdés en las últimas temporadas. Pero los dos aparentan superar a Pinto. La carrera, en su inicio, queda igualada.
En cuanto a la defensa, la zona que requiere de mayor cambio en los últimos años y más tras la marcha del capitán Puyol, se ha traído a dos centrales, como se pidió en todo momento: Mathieu y Vermaelen, francés y belga. Que no se malinterprete, no son malos, pero se pensaba en Hummels, Mangala y Laporte como sucesores de Tarzán y quizás estos dos se demuestren insuficientes. De momento, el excapitán che parte con ventaja por experiencia, conocimiento del idioma y del país. Esperemos que Bartra despegue y Piqué despierte.
El centro del campo, una zona tan delicada como venerada, ha dicho adiós a Fàbregas y por poco a Xavi Hernández, que ha decidido permanecer por un tiempo y favorecer la estabilidad necesaria en el equipo. Han llegado Rakitic y Rafinha para sustituir al catalán y posicionarse para comandar la sala de máquinas. Prometen aportar entrega, velocidad y músculo a los terrenos de Xavi-Iniesta-Busi, este último se mantiene sin perturbación como el auténtico rey del césped, imprescindible en la transición defensa-ataque.
Pero el punto fuerte de este verano, la joya de la corona en cuanto a incorporaciones, es, sin lugar a dudas, el caníbal. El Lecter de Uruguay, el pichichi inglés, Luis Suárez. Aunque por el momento esté sancionado y no jugará con sus compañeros hasta octubre, el charrúa promete conformar con Messi y Neymar un tridente de leyenda tanto por lo mágico como por la desastroso si sale mal. Introduce muchas variantes en el juego porque supone la llegada de un delantero centro, podría jugar de 9 y desplazar a Leo a la derecha, o se podría incluso retrasar al argentino para que empiece a organizar el equipo junto con Andrés y Xavi, la decisión pertenece a Luis Enrique, pero el argentino es un caso delicado. Tras dos años en el limbo, la oportunidad de ser campeón del mundo perdida, se encuentra en una encrucijada: o resucita el jugador de antaño o queda reducido a la ignominia frente a las nuevas estrellas del equipo. Es aquí donde el flamante tercer capitán del Barça debe dar un paso adelante.
En el apartado de canteranos, Deulofeu regresó del Everton para ser enviado por el técnico a Sevilla, insatisfecho con su comportamiento y sus carencias defensivas. La solución, por el momento, parece apropiada. Montoya, Sergi Roberto y emergentes como Munir afrontan la nueva temporada con dudas de si conseguirán un papel relevante en el 11 o no, pero la llegada de Lucho, quien les conoce, debe suponer un acicate más para lograr un puesto muy caro en estos momentos.
No sabemos realmente qué ocurrirá este año con el equipo, si terminará de derrumbarse o resurgirá de sus cenizas. De si el nuevo entrenador sabrá tocar la tecla adecuada o no, pero, hasta hace muy poco, el conjunto barcelonés ha sido el más regular de la Liga española. No en vano la ha ganado cuatro veces en los últimos seis años, los otros dos campeones, Real Madrid (2011/2012) y Atleti (2013/2014) lo consiguieron mediante enormes sacrificios. Los culés se harán con el trofeo cómodamente si recuperan la seguridad de hace poco. En cuanto a la Champions parece difícil, otros clubes como Bayern o los madrileños pueden apretar más ahí, pero en Copa siguen siendo los reyes y la derrota en la final ante los blancos es una motivación extra como demostrara el Atleti anoche.
No sabemos realmente qué ocurrirá este año, qué saldrá de este (nuevo) Barça pero, por favor, que volvamos a pasárnoslo bien.
Cómo pasa el tiempo
Luis Enrique Tiene a Lionel Messi, Luis Suárez y Neymar El tridente mágico~
ResponderEliminarSiempre creo en el equipo de Barcelona;
Un 19 de diciembre del 2009, el Barcelona tenía una grandísima chance de conseguir el ansiado ‘’sexto’’ título del año, ya habían ganando los 5 títulos y solo faltaba conquistar ‘’el mundial de clubes’’
La clave es Messi, en su mejor inicio goleador desde que viste la Camisetas de futbol azulgrana.