Por Raúl S. Saura
Poco estimado Andoni:
Soy consciente de que difícilmente sabrás alguna vez de la existencia de esta carta, y realmente poco me importa. Su propósito no consiste en desviar la dirección que pretendes tomar en la dirección deportiva del FC Barcelona porque nadie parece capaz de alterarte. No, lo que pretendo es dejar clara mi opinión sobre tu gestión estos años en Can Barça, en nuestro club, y aprovecho Internet, donde la tinta no se borra, para expresar lo que opino de ti. Andoni, eres un pésimo director deportivo. Sin paliativos.
Tomaste el cargo con la nueva directiva de Rosell y, a lo largo de estos años has transformado el mítico equipo de Guardiola
en una pantomima, sombra del pasado. Has tenido ayuda, sin duda, pero
gran parte de la responsabilidad del declive imparable de este equipo te
corresponde y desde este blog no hemos cesado de dejarlo bien claro. Ya son cuatro años en los que Alexis, Cesc Fàbregas, Neymar, Song, Suárez...
han llegado a tierras barcelonesas. Cuatro años de fichajes
(mayormente) estériles que no han hecho sino desacelerar un equipo que
antaño pareció indestructible. Cuatro años de ineficacias, patosidades y
mediocridades. El paso de los veranos, de los años, lo ha expuesto
incluso a ojos de quienes no quisieron verlo, tú el primero seguramente.
Año tras año, la zaga azulgrana se ha ido debilitando en un proceso irreversible; hemos perdido a Puyol, Márquez antes, Gerard ya no recuerda a Piqué, pocos confían en el joven Bartra y la principal incorporación a la defensa es Mascherano. Un mediocentro defensivo a quien Pep decidió reconvertir ante el grave problema: la ausencia de centrales.
El Barça procura realizar un fútbol de ataque, ofensivo a más no poder, y
para ello, como bien sabía el filósofo, hacen falta buenos defensas.
Así lo demostró en su primer año cuando llegaron Abidal, Alves
y Piqué. Tú te has empeñado en llevar la contraria y todo este tiempo
ningún central ha recalado en el club catalán, ni uno solo, lo que nos
coloca a la cola de Europa. Uno esperaría de ti, exportero, cierta
preocupación en lo tocante a la defensa, en reforzar esa línea para no
dejar al arquero solo ante la avalancha rival. Pero no ha sido así, te has demostrado incapaz de fichar a un simple central todos estos años.
Parecerá una nimiedad, pero una defensa mejor fue lo necesario todo
este tiempo. Lo que, haciendo memoria, echamos en falta el año pasado y
este. Te obsesionaste con Thiago Silva, sí, el mejor del mundo,
pero el nunca tuvo intención de enfundarse de blaugrana. Nos ilusionó a
varios, a mí el primero. De hecho, si lo hubiésemos incorporado cuando
salió del Milan, ahora no mantendríamos esta conversación tan cercana al monólogo. No te corresponde hablar, sino escuchar y recapacitar por tus errores pretéritos.
Si el brasileño no hubiera decidido por mudarse a París, sino a
Barcelona, no hubiésemos tenido el problema, pero insististe en él junto
con Tito por dos veranos cuando él nunca mostró su intención de llegar,
solo un educado agradecimiento.
En estas circunstancias, normal que Guardiola probara experimentos con
Mascherano, él es una mente inquieta, no como otros. A su lado, tu
indolencia, patosidad y acomodamiento quedan marcados a fuego. Nunca te
has movido en demasía, han tenido que ser otros como el Jefecito, quien
se ha ganado un peso específico en el vestuario jugando de lo que no es y
ahora puede ser aprovechado por Luis Enrique precisamente por
ello. Ellos se lo han tenido que cocinar, como quien dice, mientras tú
seguías a lo tuyo. Tu estrategia estos años ha consistido en preguntar
por alguien un año y, si sale mal (quien iba a decir que las repetidas
negaciones significaban un no auténtico... menos mal que no proponías
relaciones sexuales) ya probaremos el siguiente. Y ese "algo" no era
sino un mediocentro inservible y que ya no lograremos vender. Dos grises
años no son el mejor escaparate, por si no lo sabías. Y luego, con todo
el morro del mundo, te aparecías en rueda de prensa diciendo "Puyol/Piqué/la virgen del Rocío es nuestro fichaje".
Apelabas a los jugadores que ya tenía el equipo para hacer su trabajo,
algo que no te aplicabas a ti. En la élite del fútbol mundial se ha
impuesto la constante renovación para evitar la gandulería de los
jugadores, es una realidad. Cruda, porque supone una injusticia con
respecto a los equipos más humildes, pero una realidad.
Tú, sin embargo, te has mantenido en tus trece de no hacer nada y confiar, de alguna manera, en que todo saliera bien. Hasta que dejó de ser así y el club se quedó sin un solo título a final de temporada. La plantilla exigía una profunda renovación, una revolución y más el apartado más maltrecho y avergonzante: la zaga, que perdía, para más inri, a su máximo referente. Al capitán Puyol. Un prohombre del club, un mito viviente conocido por su esfuerzo, dedicación y liderazgo allá por donde pasa. Menos mal que no partió lejos y se quedó en las oficinas del club como tu segundo. Menos mal que a él sí le dio por trabajar, presumiblemente, con su buen amigo y nuevo técnico culé Luis Enrique, porque este verano ha habido mayor movimiento en las oficinas de Can Barça que en los tres años combinados que llevas ocupando tu cargo. Así que, seguramente, debemos a ellos los regresos de los prometedores Deulofeu y Rafinha, las llegadas de Ter Stegen, Bravo, Rakitic, Luis Suárez y ahora de Jéremy Mathieu.
El equipo terminó muy mal la temporada, con una crisis de juego innegable, y aún más la defensa, por lo que el refuerzo en todas las líneas se daba por hecho. Atrás, cómo no, era donde la afición culé albergaba las mayores ambiciones. En un Hummels, un Laporte, Mangala, David Luiz o Vertonghen. Uno a uno, nos los han ido quitando otros clubes, otros preferían quedarse en los suyos y de algunos nos olvidamos mágicamente, como si fuéramos sobrados. Y la realidad era que no. Apenas contábamos con el ausente Piqué, pensando más en el waka-waka que en sudar la camiseta... culé; Mascherano, tan entregado como artificial en su nueva posición; Bartra, una estrella ascendente que solo no lograría cumplir con toda su labor. Necesitábamos refuerzos de manera urgente. Y han llegado, sí... a 23 de julio. Y Jéremy Mathieu, no esperemos de él un nuevo Puyol. El ya excapitán del Valencia, de 30 años, ha abandonado la disciplina che por 20 millones como quisieron los valencianistas y con intenciones de reforzar la zaga tanto como central como lateral izquierdo. Algo es algo. No es necesariamente rápido pero ayudará en el juego áereo (gracias al cielo, no a ti) y conviene su experiencia. No hablamos de un pésimo defensa, para nada. Pero tampoco hablamos de un titular indiscutible. Las aspiraciones de Mathieu han de quedar claras desde el primer momento, no puede convertirse en nuestro referente atrás porque no está capacitado para ello. Sí para ejercer de suplente de lujo y confiar cuando dirijamos la mirada al banquillo, pero no debemos, no nos podemos permitir, conformarnos con él sino pretender, a toda costa, hacernos con los servicios de otro central. De dos se habló desde el principio del mercado de fichajes y hasta antes, y solo ha llegado uno que nadie pedía. Tu labor vuelve a hacerse notar, nos quisiste despistar con Rakitic pero ahí vuelves en toda tu gloria. Tu torpeza a la hora de negociar, tu falta de sapiencia y tus nulas ganas de moverte más de lo necesario no han hecho sino desmontar una plantilla de leyenda a la que se suma el galo pero donde Afellay sigue dando vueltas sin propósito. Un talentoso holandés destruido por una lesión, para nada algo novedoso. Hemos logrado depurar mucho en ese aspecto, a los canteranos sin opciones de ascender al primer equipo, los que quedaron a mitad de camino, los que perdieron ritmo, desarrollo o lo que sea, los Bojan, Cuenca, Dos Santos... Tello se ha marchado cedido, lo que demuestra quién es apreciado y quién no en el club. Algo que no ha ocurrido estos últimos años ha ocurrido este, por arte de magia. Pues no, por la labor de Lucho y Puyol, no nos engañemos.
Zubi, es hora de que dejes de escuchar lo que sea que te ronde la cabecita (si acaso), porque parece que te aconseja Mourinho recién levantado de la siesta. Es hora de que escuches con suma atención a quienes digo, son ellos quienes procuran el bien de este club ante la horchata que tienes por sangre. Has dilapidado estos años todo el crédito mantenido en la afición, de la que una parte creciente solo recordará tus torpezas, caraduras y maniqueísmos. Tu decir un día una cosa y hacer luego otra completamente distinta, tu "fichamos a Song para que jugara de central". Mucho han de cambiar las cosas para que este equipo termine de arrancar, a la espera de ver si lo hecho hasta ahora funcionará finalmente. Debemos desprendernos de elementos como el camerunés mentado o Alves, que ya poco aportan a esta plantilla. Debemos incorporar un nuevo central. No Blind porque hablamos de un CEN-TRAL. Por si no te lo he dicho, hablamos de un CENTRAL. Hummels, Vertonghen y Laporte con CENTRALES. Disculparás que te trate de retrasado mental, pero a lo largo de estos tres años no has aportado una sola prueba de lo contrario, te has limitado a sentarte y pagar la cláusula que te dijeran y Mathieu es el enésimo ejemplo. Tranquilo si no entiendes lo que digo, busca a un mayor en el evento de que recibas lo que aquí digo, y te lo explicará gustosamente. No te hablo desde la comodidad de quien escribe en su casa y de quien no depende el futuro de su equipo. Te hablo como culé convencido y preocupado por la deriva hacia el desastre que has marcado para el mismo. Ejerciendo mi derecho a la libertad de pensamiento quiero decir que de la decadencia de este equipo guardas un grado de responsabilidad imposible de esconder.
Zubi, es hora de que después de tanto tiempo des un paso adelante para ayudar al club de tu vida. Dimite. Solo así, quizás, logremos volver a ser lo que fuimos antes de que llegaras: un grande de Europa. Nunca tuviste madera para ocupar un despacho; tu dimisión sería la última dignidad, el último servicio. Dimite y líbranos a todos de ti.
Tú, sin embargo, te has mantenido en tus trece de no hacer nada y confiar, de alguna manera, en que todo saliera bien. Hasta que dejó de ser así y el club se quedó sin un solo título a final de temporada. La plantilla exigía una profunda renovación, una revolución y más el apartado más maltrecho y avergonzante: la zaga, que perdía, para más inri, a su máximo referente. Al capitán Puyol. Un prohombre del club, un mito viviente conocido por su esfuerzo, dedicación y liderazgo allá por donde pasa. Menos mal que no partió lejos y se quedó en las oficinas del club como tu segundo. Menos mal que a él sí le dio por trabajar, presumiblemente, con su buen amigo y nuevo técnico culé Luis Enrique, porque este verano ha habido mayor movimiento en las oficinas de Can Barça que en los tres años combinados que llevas ocupando tu cargo. Así que, seguramente, debemos a ellos los regresos de los prometedores Deulofeu y Rafinha, las llegadas de Ter Stegen, Bravo, Rakitic, Luis Suárez y ahora de Jéremy Mathieu.
El equipo terminó muy mal la temporada, con una crisis de juego innegable, y aún más la defensa, por lo que el refuerzo en todas las líneas se daba por hecho. Atrás, cómo no, era donde la afición culé albergaba las mayores ambiciones. En un Hummels, un Laporte, Mangala, David Luiz o Vertonghen. Uno a uno, nos los han ido quitando otros clubes, otros preferían quedarse en los suyos y de algunos nos olvidamos mágicamente, como si fuéramos sobrados. Y la realidad era que no. Apenas contábamos con el ausente Piqué, pensando más en el waka-waka que en sudar la camiseta... culé; Mascherano, tan entregado como artificial en su nueva posición; Bartra, una estrella ascendente que solo no lograría cumplir con toda su labor. Necesitábamos refuerzos de manera urgente. Y han llegado, sí... a 23 de julio. Y Jéremy Mathieu, no esperemos de él un nuevo Puyol. El ya excapitán del Valencia, de 30 años, ha abandonado la disciplina che por 20 millones como quisieron los valencianistas y con intenciones de reforzar la zaga tanto como central como lateral izquierdo. Algo es algo. No es necesariamente rápido pero ayudará en el juego áereo (gracias al cielo, no a ti) y conviene su experiencia. No hablamos de un pésimo defensa, para nada. Pero tampoco hablamos de un titular indiscutible. Las aspiraciones de Mathieu han de quedar claras desde el primer momento, no puede convertirse en nuestro referente atrás porque no está capacitado para ello. Sí para ejercer de suplente de lujo y confiar cuando dirijamos la mirada al banquillo, pero no debemos, no nos podemos permitir, conformarnos con él sino pretender, a toda costa, hacernos con los servicios de otro central. De dos se habló desde el principio del mercado de fichajes y hasta antes, y solo ha llegado uno que nadie pedía. Tu labor vuelve a hacerse notar, nos quisiste despistar con Rakitic pero ahí vuelves en toda tu gloria. Tu torpeza a la hora de negociar, tu falta de sapiencia y tus nulas ganas de moverte más de lo necesario no han hecho sino desmontar una plantilla de leyenda a la que se suma el galo pero donde Afellay sigue dando vueltas sin propósito. Un talentoso holandés destruido por una lesión, para nada algo novedoso. Hemos logrado depurar mucho en ese aspecto, a los canteranos sin opciones de ascender al primer equipo, los que quedaron a mitad de camino, los que perdieron ritmo, desarrollo o lo que sea, los Bojan, Cuenca, Dos Santos... Tello se ha marchado cedido, lo que demuestra quién es apreciado y quién no en el club. Algo que no ha ocurrido estos últimos años ha ocurrido este, por arte de magia. Pues no, por la labor de Lucho y Puyol, no nos engañemos.
Zubi, es hora de que dejes de escuchar lo que sea que te ronde la cabecita (si acaso), porque parece que te aconseja Mourinho recién levantado de la siesta. Es hora de que escuches con suma atención a quienes digo, son ellos quienes procuran el bien de este club ante la horchata que tienes por sangre. Has dilapidado estos años todo el crédito mantenido en la afición, de la que una parte creciente solo recordará tus torpezas, caraduras y maniqueísmos. Tu decir un día una cosa y hacer luego otra completamente distinta, tu "fichamos a Song para que jugara de central". Mucho han de cambiar las cosas para que este equipo termine de arrancar, a la espera de ver si lo hecho hasta ahora funcionará finalmente. Debemos desprendernos de elementos como el camerunés mentado o Alves, que ya poco aportan a esta plantilla. Debemos incorporar un nuevo central. No Blind porque hablamos de un CEN-TRAL. Por si no te lo he dicho, hablamos de un CENTRAL. Hummels, Vertonghen y Laporte con CENTRALES. Disculparás que te trate de retrasado mental, pero a lo largo de estos tres años no has aportado una sola prueba de lo contrario, te has limitado a sentarte y pagar la cláusula que te dijeran y Mathieu es el enésimo ejemplo. Tranquilo si no entiendes lo que digo, busca a un mayor en el evento de que recibas lo que aquí digo, y te lo explicará gustosamente. No te hablo desde la comodidad de quien escribe en su casa y de quien no depende el futuro de su equipo. Te hablo como culé convencido y preocupado por la deriva hacia el desastre que has marcado para el mismo. Ejerciendo mi derecho a la libertad de pensamiento quiero decir que de la decadencia de este equipo guardas un grado de responsabilidad imposible de esconder.
Zubi, es hora de que después de tanto tiempo des un paso adelante para ayudar al club de tu vida. Dimite. Solo así, quizás, logremos volver a ser lo que fuimos antes de que llegaras: un grande de Europa. Nunca tuviste madera para ocupar un despacho; tu dimisión sería la última dignidad, el último servicio. Dimite y líbranos a todos de ti.
Tu más sincero consejero,
Raúl S. Saura
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