El empate del Real Madrid en tierras pucelanas azota la clasificación y las oportunidades de los tres contendientes a conseguir el ansiado y reñido torneo doméstico. De tal manera que, a falta de dos jornadas, cualquiera de este igualadísimo tridente puede imponer su ley en el último momento.
Así, los blancos se colocan terceros con 84 puntos y a la espera de visitar al Celta de Luis Enrique y recibir en casa al Espanyol en la última jornada. En principio, encuentros que no revisten mayor dificultad, si bien no podemos saber a ciencia cierta. El técnico asturiano, desde su marcha del club madrileño por el FC Barcelona (si a alguien le pica mucho el caso que recuerden a Laudrup y Figo) ha sido un auténtico azote de su anterior equipo y más ahora, cuando todo apunta a su cercano nombramiento como nuevo entrenador del conjunto culé. Querrá alegrar a los suyos frente al máximo rival. En cuanto al Espanyol, se encuentra a tan solo 4 puntos sobre los números rojos, de perder en su encuentro anterior ante el Osasuna podría jugarse mucho en su visita al Santiago Bernabéu, al igual que el Valladolid ayer noche. Sin embargo, los merengues aún podrían optar con bastantes posibilidades al título si gana sus dos cruces, y Barcelona y Atlético pierden, les quedaría esperar la victoria culé en la última jornada sobre los del Manzanares para conseguir el doblete esta temporada. Misión difícil en cualquier caso.
Los rojiblancos (88 puntos), hasta hace muy poco claros e indiscutidos favoritos para ganar la Liga tras tantos años sin conseguirlo (desde el Doblete de mediados de los noventa, ni más ni menos. Algunos nacimos a la par), ha visto el sueño convertido casi en pesadilla. Con la derrota ante el Levante y el pinchazo blanco, los colchoneros descubren a sus perseguidores blaugranas dependiendo de sí mismos para revalidar el título liguero. Los del Cholo, afortunadamente, también dependen de sí mismos y dos victorias más ante Málaga y Barça les otorgarían inmediatamente el merecido trofeo. Partido a partido podrían lograrlo, como partido a partido han llegado a Lisboa.
En cuanto a los blaugranas (85 puntos), quién les hubiera dicho a los abatidos jugadores el sábado pasado que volvían a ser serios candidatos a la Liga BBVA (este año sí, la mejor del mundo), incluso sin necesidad de descalabro rojiblanco. Con hacer los deberes, les igualarían en puntos y alzarían el trofeo liguero (el último para Puyol y Valdés, no olvidemos. Y quizás de Alves, Alexis, Cesc, Pedro, Song, Pinto y tantos otros) por la mejor media goleadora. Difícil, ya que el Elche se juega la permanencia en Primera y los de Diego Simeone ya saben ganarle a este equipo. El último partido Barcelona-Atlético en el Camp Nou queda como una finalísima capaz de determinar quién ganará la Liga 2013/2014 a tres bandas ni más ni menos. Será un encuentro de tensión, de coraje, talento y suerte donde ambos contendientes (el tercero mantendrá sus posibilidades, si bien menores) tendrán ante sus ojos la posibilidad de ganar una Liga. No olvidemos, no hablamos de una Copa, una Champions... un torneo por eliminatorias. Hablamos de una competición donde se premia el trabajo, la constancia, la dedicación, la sostenibilidad y el equilibrio del grupo. No es moco de pavo.
Las opciones del Barcelona en Liga a falta de dos jornadas están más vivas que nunca, al menos desde hace varios meses. ¿Sabrán aprovecharlas? ¿Flaquearán en el último y decisivo momento como ya han hecho esta misma temporada? Quién sabe, quizás no. Leo Messi está en su mejor momento desde no se sabe ya cuanto, Iniesta mantiene su magia, Cesc dejó muy buena impresión en la última jornada, Pedro y Alexis demuestran merecer la titularidad en este momento y atrás Bartra y Busquets consiguen salvar los muebles de una defensa que requiere un trabajo serio de fontanería y renovación. Sin Carles Puyol, sin Víctor Valdés, sin Alba ni Neymar, el camino puede ser difícil y accidentado, pero no imposible. Esto a unos profesionales debería de servir para luchar hasta desfallecer, ahora que nos les queda nada más. Gerardo Martino puede marcharse (nadie lo duda a estas alturas) quemando las naves con éxito y demostrando una valentía de morituri te salutam sin par. Y sin embargo, hasta la última jornada en casa ante el auténtico rival este año, no podremos saber qué ocurrirá. Quizás se conjuguen los astros; queramos admitirlo o no, este equipo ya ha obrado auténticas maravillas no hace mucho. La pica en Flandes particular que supuso la victoria en el Bernabéu queda en el recuerdo. Si los 11 salen el domingo que viene con la decisión y la magia de esa noche, nada ni nadie podrá pararles. Y vosotros, ¿qué opináis?
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