domingo, 20 de abril de 2014

Estaremos muertos pero es Domingo de Resurrección (por Raúl S. Saura)

Después de una semana en la que se perdieron dos títulos y medio siendo generosos, tocaba recibir a los leones en el Camp Nou esperándose un cisma en la grada y una posible recaída ante un equipo muy bien dirigido este año (como los anteriores). Sin embargo, el ambiente del estadio fue desértico porque la taquilla fue la tercera peor en Liga este año salvo en los primeros minutos en los que se apoyó a los jugadores, especialmente a Leo Messi. Lejos de los pitidos esperados que se organizaron por internet, los futbolistas sólo recibieron el cariño de la afición y, al parecer, quisieron recompensarles. Porque el partido no tuvo nada que ver con lo visto últimamente. En vez de la condena al Tata, a la directiva y Zubizarreta, los sentimientos transmitidos fueron de apoyo. Y no estaban de más, porque el once era un cromo. Con Song, Adriano, Alves, Mascherano... la cosa no prometía, menos mal que arriba escortaban Pedro y Alexis a Messi. Y no defraudaron, ni mucho menos porque todos esperábamos la cuarta derrota consecutiva. En vez de eso, vimos todo un partidazo entre estos dos equipos, tan hermanados y que tantos nos dan. Como hace dos años en San Mamés, entre Guardiola y Bielsa, que acabó en empate a 2 mientras dilubiaba lo nunca visto. O la Ostia Patxi, debería decir.
Hicieron una reedición de buen balompié anoche ambos equipos porque lucharon como jabatos por un resultado que, finalmente, sólo puede llevarse uno. Una pena, yo insisto en que les den 3 puntos a los dos. La primera mitad, para empazar, estuvo igualada al cien por cien con 22 tíos yendo al ataque costara lo que costase y dejando muchos espacios atrás para que los aprovecharan los otros. Y así se armó la marimorena. Porque hubo tantas ocasiones en los primeros 45 minutos que no podré mencionar aquí todas, sólo que fueron muchas y muy bonitas. Eso sí, de entre todas destacan un pase en profundidad de Messi (13') a Pedro angelical, que el canario no supo aprovechar ante la buena colocación de Iraizoz, pero que nos recordó la buena conexión entre estos dos jugadores. La que nos hemos perdido este tramo final de temporada por ese empeño cabezonil en favor de un Cesc agotado y un Neymar ausente. También vislumbramos un remate acrobático del argentino, anoche activo como hacía mucho no se le veía. Parecían haber vuelto, a buenas horas... pero nos hicieron recuperar viejas sensaciones.
Y qué decir de los bilbaínos, esos guerreros sin temor a nada ni nadie, con esa ocasión que fue la joya de la corona de todo el partido. Aduriz probó una chilena impresionante que dio en el palo de Pinto y después en un cara a cara frente a Susaeta, el de Puerto de Santa María colocó una mano salvadora. Hubiera sido el gol del siglo, pero al poco el Barça devolvió el golpe con Alexis enviando al travesaño el esférico. El partido no paraba en ningún momento, frenético. Una preciosidad para la afición, tan necesitada de alegrías últimamente. El Athletic, de no ganar en el Camp Nou, se jugaban la vida en la tabla con el imparable Sevilla de Emery y Bacca a seis puntos y teniendo que recibirles la jornada que viene. Hay Liga, señores y señoras (si bien al Barcelona no creo se lo hayan dicho). En fin, una maravilla y llegó el descanso. Inmejorable el encuentro y aún así, carente de goles. Menos mal que en la segunda mitad se encargaron de ello.
 El primer tanto lo metieron los vascos, cómo no. Aduriz en el 50', tiro raso y al palo izquierdo de Pinto. Una definición perfecta y un fallo garrafal de la defensa culé. De Bartra, vale. Que conste que el canterano sigue cuajando buenas actuaciones cuando le dan la oportunidad. No tuvo la culpa del gol de Bale en Mestalla,  la zona era de Alves y un central frente a un extremo en velocidad siempre pierde. No me acordé de mentarlo donde me tocaba, disculpad pero mi niño no se va a dormir sin defender hoy. Bartrambauer... menos mal que nos queda tiempo para ponerle apodo. A mí me recuerda más a Puyol, fíjate tú. Que parece que defendiendo se va a desarmar. Y el donostiarra goleador merece la Roja, dicho queda aquí y que lo sepáis todos. 
De nuevo por detrás en el marcador, como ya nos vamos acostumbrando y cada vez quedaba menos. De todas formas, engañaba mucho porque los culés debían acumular ya 8 ocasiones clarísimas. Por ejemplo, a falta de media hora, Messi envió fuera un esférico que antes hubiese entrado clarísimamente. No quería entrar el puñetero y los cambios se avecinaban. Salió Fàbregas por Xavi y ganamos el partido, las cosas como son. El de Arenys tiene problema con sus temporadas, sus colocaciones en el campo... pero sigue siendo un jugador con una calidad inmensa y parte del triunfo logrado ayer le corresponde a él. Perdiendo control en favor de la ruptura, se permitió alcanzar con mucha mayor facilidad la portería del gran Iraizoz y así vino lo que vino. Porque un minuto después, apareció al rescate Pedro I de Canarias y Grande de España. Jugadón de Alves, yéndose de tres con caño a Rico, cedió a Alexis, pase a Pedro y de ahí a la red. Se podían salvar los trastos y todo. Al instante, pudiendo romper por completo el encuentro, falta en la luna del área vasca. Iba la Pulguita y... ¡¡¡¡GOL!!!! ESTAREMOS MUERTOS PERO ES DOMINGO DE RESURRECCIÓN, NO VAMOS A GANAR NADA PERO TODAVÍA NOS LO PODEMOS PASAR BIEN. En dos minutos dimos la vuelta a la tortilla y parecimos coger algo de aire. Fútbol, gracia y crueldad a partes iguales pero, no lo dudamos, UN PARTIDO PRECIOSO. Y todavía los atléticos del Norte quisieron rescatar el empate, pero los locales no estuvieron por la labor. Finalmente, el Barcelona se impuso por 2-1 con buen fútbol ante un rival con muy buen fútbol. Quién sabe, de seguir así podríamos complicar mucho la vida a los dos equipos de la capital pero no fabulemos antes de tiempos. Quizás hayamos visto el canto del cisne. Pero, HEY, LA OSTIA PATXI con el puto cisne. Parecía la Traviatta.
P.D.: La parte negativa del triunfo culé es que, si Valverde no ha podido ganar al Barça actual podrían no contar con él para el Barça del futuro. Y no queremos eso. No te enfades, Jorge. Ya sabes que yo te recomiendo siempre a Unai o... Marcelo. Enorgullécete de tu equipo porque se lo ganan.

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